El 8 de marzo de 2016 en el Centro Interdisciplinario de Estudios en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIECTI), el Dr. Manuel Castells presentó su conferencia “Modelos de desarrollo en la era de la información: globalización, tecnología y empresa en red”. El evento resultó especialmente interesante porque siempre es inspirador escuchar de fuente primaria aquellas ideas que hemos leído, citado, analizado… quizá hasta cuestionado, en la voz del mismo autor.
No hubo slides, la exposición fue informal, las ideas surgían claras, aunque no predominó la sistematización. Fue una presentación casi vivencial, cordial, blanda… Por esta razón, antes de avanzar es importante aclarar que no prentende ser este post un desarrollo prolijo de las ideas de Castells (para ello muchísimo mejor revisar su producción académica) pero sí contarles el devenir de la charla y los tópicos que, a mi criterio, más brillaron en el auditorio.
¿Qué es el desarrollo?
Castells comienza su conferencia presentando con rigurosidad cuál es el concepto de desarrollo que utiliza. En efecto, señala que la consideración teórica es importante porque se trata de un concepto ambiguo y explica:
En el contexto de la era de la información, el desarrollo es el proceso social mediante el cual las personas (no los países, aclara) individual y colectivamente incrementan sus capacidades para mejorar sus vidas en concordancia con sus valores e intereses.
Ahora bien, para describir las características generales de la sociedad en que contextualiza esta idea de desarrollo, describe algunas dimensiones centrales de su muy conocida conceptualización de la “era de la información”.
Comienza afirmando que la revolución tecnológica informacional, paradigma de los años 70, se expande a todo el mundo en las décadas subsiguientes… sin embargo, rápido se apura a aclarar que, en realidad, sociedad e información siempre han existido pero ahora se ha producido una revolución que podría ser comparable a la revolución industrial. Se trata de una revolución porque los cambios son tan importantes que dan lugar a una nueva estructura social. Como es sabido, a esta nueva estructura social, Castells prefiere llamarla “sociedad en red”.
Como un ejemplo de estas nuevas estructuras que impactan en todos los sectores de la sociedad, Castells explica que las empresas pueden aliarse de diferentes formas según las circunstancias. Mientras en algún lugar pueden complementarse, en otros sitios pueden ser competidoras. Así, una empresa en red no sería una red de empresas sino alianzas que cambian. Esta lógica puede observarse en muchos otros espacios: sociales, científicos, políticos, etc. Concluye Castells que, en la actualidad, el universo tecnosocial está basado en en redes.
Jerarquía vs. red
Las redes no son nuevas, existen desde hace muchísimo tiempo. Y desde siempre puede pensarse que la gran ventaja de una red reside en su la flexibilidad para adaptarse y reconfirgurarse a las condiciones cambiantes del entorno. Sin embargo, al mismo tiempo, en sus versiones más antiguas, las redes ponían en evidencia mucha dificultad para manejar la complejidad por el gran volumen de elementos incluídos en la red. Pero esta desventanja de la organización en red puede subsarnarse a través del uso de la tecnología. En efecto, la tecnología da a las redes la posiblidad de fortalecerse y ponerlas en ventaja frente a organizaciones verticales.
La tecnología transforma las redes en formas de organización especialmente ventajosas que impone nuevas estructuras. Castells sostiene que, en este sentido, hay que salir de la vieja lógica de las patentes porque eso boloquea la sinergia de interacción y no promueve la innovación. No es una cuestión de ideología, se apura a enfatizar. Se trata de despegarse de la ortodoxia, de las formas tradicionales de producir para crear nuevos modelos de negocios.
Las tecnologías de la información, redes y producción de riqueza
El bienestar humano, si bien es un concepto mucho más amplio, en gran parte está condicionado por el crecimietno económico y la producción material de riqueza. En este sentido, pueden destacarse tres formas en que las tecnologías impactan y se relacionan con las formas de producción:
- El impacto positivo de las tecnologías de la información en la productividad: el desrrollo de la capacidad productiva permite la generación de riqueza, la cual puede, a nivel global incrementar la productividad y competitividad de empresas y países. En los años 80 se discutía si las tecnologías de la información impactaban en la productividad. Pero a partir de la década del 90 quedó claro que el aumento en la productividad a partir de la incorporación de tecnologías de la información en los circuitos productivos era empíricamente comprobable. Sucede que estos cambios no pueden ser apreciados en el corto plazo ya que requieren tiempo para difundirse en la socidad hasta que finalmente lleguen a impactar en la totalidad de la estructura productiva. Algo similar sucedió, en su momento conla revolución industrial. Quizá la gran diferencia es que para observar los impactos de esta última revolución solo pasaron 20 años. Los tiempos se han acelerado.
- La organización en red mejora la productividad: un estudio de los años 90 mostraba, en los EEUU, comparaciones entre empresas organizadas en lógicas verticales con otras organizadas en red. La introducción de estas tecnologías en las primeras hacía que estas disminuyeran su productividad. En estas formas de organización, la informatización tiende a hacer aumentar la burocracia y su impacto es negativo. En empresas con estructuras en red, por el contrario, la productividad aumentaba. Esta afirmación también vale para otro tipo de organizaciones, como por ejemplo, un ministerio.
- El desarrollo de recursos humanos: los recursos humanos son necesarios para que las redes funcionen. Una estructura red requiere que los nodos tengan capacidad de autonomía, y ello exige que las personas que forman parte de esa red tengan capacidad de actuar de ese modo. En síntesis: la capacidad humana es clave no solo respecto al uso de la tecnología sino a la forma de trabajar con autonomía, en red.
Las tensiones del desarrollo: ¿somos realmente felices?
Si bien el desarrollo material vinculado a la producción de riqueza, parece, en principio ser bueno para la socidad, se observa que en este proceso aparece tensiones o efectos cuyo impacto no sería deseado… o positivo. Entre ellas:
- La desigualdad: una gran productividad también genera condiciones de desigualdad, dado quienes tienen más capacidad para generar riqueza van concentrando y acumulando cada vez más.
- Deterioro de la calidad de vida: las transformaciones escológicas pueden afectar tanto el mediambiente hasta impactar negativamente. Algo similar puede suceder con al violencia iinterpersonal y el miedo, algo frecuente en las grandes metrópolis.
Todo esto lleva a pensar que el desarrollo no estan importante si no lleva a la felicidad. Porque no se trata solamente del binestar material sino la capacidad de gestionar la vida de otra manera. Cabe entonces repensar el desarrollo como capacidad de reconocer las aspiraciones diversas de los seres humanos. El desarrollo puede entenderse así como el empoderamiento de las personas para decidir lo que ellas consideran como bienestar. Y en esta órbita entra también el desarrollo politico o la capacidad de las sociedades para ir definiendo las condiciones de su propio desarrollo.
Expresión reciente de los modelos de desarrollo en América Latina
Finalmente Castells analizó los modelos más recientes de desarrollo en nuestra región. Contrasta así el modelo “neoliberal” (aunque muestra sus reparos por el prefijo “neo”) y un modelo “neodesarrollista”. Señala que el primero fracasó porque no fue capaz de generar la integración económica y por la resistencia u oposición social bajo diferentes formas. El segundo, en el que aparecen políticas distributivas con mayor intervencionismo estatal, también encuentra su punto débil: cierta insosteniblidad en términos económicos, ya que, sin un desarrollo competitivo los recursos que van quedando para la distribución van siendo menores y finalmente no alcanzan. Adicionalmente, los líderes carismáticos que llegan al poder, suelen tener la tendencia a promover un sistema corrupto. Frente a estas tensiones, observa Castells que aparecen movimientos sociales (todos los movimientos sociales son “sociales” y no solo aquellos con los cuales simpatizamos) que se expresan para señalar el agotamiento de modelos que no logran integrar el desarrollo humano o para señalar que no bastan para mover la economía. Entonces, la sociedad reacciona y plantea así nuevas condiciones a través de su participación.
Manuel Castells en el CIECTI, Buenos Aires, Argentina |
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