martes, mayo 26, 2009

I ♥ ubuntu

La primera vez que ví una computadora con interfaz gráfica amigable, fue una Mac. Era a finales de los años ochenta y comparada con una PC y el críptico DOS tan agotador y aburrido, la Mac, anclada en la intución del usuario, estimulaba la creatividad. Por eso, cuando ví el primer Windows instalado en una PC - que si mal no recuerdo, era la versión 3.0 y corrían los primeros meses de la década del 90 - la pura verdad es que no me emocioné demasiado.



Mac Plus (1987)



Windows 3.0 (1990)

El punto es que lo adopté como se adopta una mala imitación simplemente porque una Mac estaba a demasiada distancia de lo que mi bolsillo podía comprar. Y desde entonces fuí usuaria de Windows por casi dos décadas... hasta que el año pasado, un día, un día de esos en que uno tiene un pico de trabajo y todo parece conspirar contra nosotros a un nivel cuántico, tras una muy desafortunada actualización "se rompió" el Windows XP -instalado por el fabricante en mi Dell Inspiron - y simplemente, entré en pánico: la máquina no arrancaba. Les ahorraré los detalles más dramáticos de la anécdota, solo diré que el disgusto fue tal, que tomé la decisión que estaba rondándome desde hacía algunos meses: me divorcié de Windows para comenzar una nueva etapa en mi vida.

De Linux había escuchado hablar, había leído. Afinidad ideológica, por supuesto, no me faltaba. Sin embargo, sobran en la red defensores del software libre que no se animan a cambiar. Y yo no era la excepción. Ya hacía algún tiempo que había reemplazado el MSOffice por el OpenOffice, y el Fotoshop por el Gimp... pero la intuición me decía que pasarme a Linux exigiría de mí una actitud bilingüe: el mercado masivo es Windows-dependiente. Sin embargo, actualmente pienso que, los beneficios son muchos más que las molestias. No me arrepiento de mi divorcio ni mucho menos de mi nueva vida. Vale la pena ser diferente.

Yo soy porque nosotros somos


Ajustando definiciones con Wikipedia, lo correcto es decir que Ubuntu es una distrubución GNU/Linux -la más importante a nivel mundial- que ofrece un sistema operativo principalmente orientado a computadoras personales -aunque también proporciona soporte para servidores-.

Basado en Debian/GNU Linux, el objetivo de Ubuntu es la facilidad y libertad de instalación y uso, así como los lanzamientos regulares -cada seis meses-. Pero Ubuntu tiene sin duda, un sentido ideológico que no es para nada un tema menor...

Mark Shuttleworth

Ubuntu es una palabra de origen africano (Zulú y Xhosa) un poco difícil de traducir. Podría decirse que expresa una suerte de conciencia frente a al estrecho modo en que unos y otros nos necesitamos, porque justamente en eso reside el hecho de ser humanos. Este intento de traducción por sí mismo bastaría para decir que se trata de un término más que adecuado para para denominar a un proyecto cuyo propósito es popularizar un sistema operativo colaborativo y libre. Pero Ubuntu es además, un movimiento sudafricano encabezado por el obispo Desmond Tutu, quien en 1984 ganó el Nobel de la paz por su luchas en contra del Apartheid. Mark Shuttleworth, un empresario sudafricano, advirtió coincidencias entre los ideales de ese movimiento y los del software libre en general. Entonces, consideró que era una intersante oportunidad para difundir los ideales de Ubuntu, y de esta forma, se transformó en el mecenas de este ambicioso proyecto.


El slogan de Ubuntu es "Linux for Human Beings" (Linux para seres humanos) y sin duda eso es. Aleja a Linux de un sistema solo para "iniciados" y lo pone al alcance del usuario común. Al ser libre y gratuito además, representa una oportunidad invaluable para la democratización de las Nuevas Tecnologías.

Distribución actual de los sistemas operativos de usuarios particulares.

Sin embargo, Ubuntu aún no es lo suficientemente popular. Las grandes mayorías siguen fieles a Windows y temen cambiar quizá por aquello de "malo conocido". No ayudan mucho las rivalidades entre los linuxeros de pura cepa que consideran que Ubuntu banaliza al mejor sistema operativo poniéndolo al alacance de "cualquiera". A propósito de ello, leía otro día un debate subidito de tono por parte de un tal "azote" que le contestaba a un linuxero ofendido porque Google todavía no sacaba no sé qué servicio para Linux:

¿Cómo no vamos a ser los linuxeros ciudadanos de segunda, si para una vez que una distro (Ubuntu) empieza a hacerse medianamente popular en seguida salen los ‘talibanes linuxeros’ a tirarle basura encima? La llaman ‘Bobuntu’ o ‘Bugbuntu’ sólo porque ha cometido la ‘herejía’ de trabajar para acercar Linux a usuarios que no sepan manejar la terminal con la punta del cimbrel.

Mientras haya tantas peleas estúpidas entre Kaderos y Gnomeros, entre Debianistas de pura cepa contra ‘casuals’ ubunteros, no se subirá del ridículo 1% de presencia de Linux en los escritorios. Y por eso… ¿todavía te extraña que para Google (o Logitech, o Nvidia, o Ati, etc.) Linux no sea una prioridad?

Uno de mis cuatro escritorios en ubuntu con focalizador de atención en las ventanas.

Por cualquiera de las dos puntas, los defensores del software propietario y el lucro de las grandes corporaciones, o la de los "fudamentalistas linuxeros", en ambos casos, recelosos de los "derechos adquiridos", Ubuntu es, filosóficamente, impecable.

Pero, vamos a ser honestos... además de la afinidad ideológica que uno pueda tener con Ubuntu, la verdad es que no lo usuaría si no fuera realmente bueno. A seis meses de usarlo (pasé ya de la versión 8 a la 9) puedo decir que, comparado con mi viejo XP, es más rápido y más estable, se actualiza sin problemas, no necesita antivirus, tiene la prácticidad de los escritorios múltiples, la intalación segura de muchos paquetes de programas libres... y estéticamente es muy, muy atractivo.


En fin, he logrado rehacer mi vida después de mi divorcio de Windows. Y estoy enamorada.

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