Duendes, hadas y otros seres mágicos de la web
Observaciones sobre la naturaleza de la identidad virtual
Realidad y virtualidad se plantean a menudo como una suerte de dualismo metafísico en donde la experiencia en línea se considera sinónimo de irrealidad. Esta perspectiva, desconoce que finalmente, que la interacción virtual es un intercambio entre seres humanos que forman parte de una misma realidad, incluso cuando esta obedezca a una lógica mediada. Exploramos en este artículo algunas de las particularidades de los intercambios sociales en línea.
Identidad Virtual I: actuar para vivir
La identidad virtual es tan diferente de la física como cualquier identidad mediada lo es del contacto "cara a cara". Algún instinto actoral parece despertar dentro de nosotros y, quién más, quién menos, se comporta frente al medio de un modo sutilmente diferente del que lo haría sin él. El medio que se interpone como codificador del mensaje, es un filtro que inconcientemente todos buscaremos minimizar (o maximizar), y en estos intentos es que construimos algo diferente a lo que somos o mejor dicho, algo que somos, en otra dimensión.
Sin embargo, no podemos desconocer particularidades como las que observa Judith S. Donath, en su estudio de campo sobre Usenet (1). En el mundo virtual, las señales sobre las que se construye la identidad son menores a las disponibles en el mundo físico aunque de ninguna manera inexistentes. La elección de un pseudónimo (nick), la firma y en entornos más sofisticados, la elección de un avatar (2) así como el modo en que se escribe, el tipo de discusiones en las que el usuario se involucra, el tono y el estilo, construyen una imagen rica, plena de matices que adquieren a su tiempo el valor de una identidad única y personal que puede ser percibida por el resto del grupo virtual en la medida en que se presta a los intercambios la atención necesaria.
No está de más recordar que la interacción en línea es una experiencia muy particular en donde emisor y receptor tienen la oportunidad de "esfumarse" mágicamente sin que medien consecuencias drásticas. Adicionalmente, descubir los códigos indirectos de la construcción de estas identidades mediadas es todo un aprendizaje y lleva un tiempo superior a la apreciación intuitiva (a menudo inmediata) que supone un encuentro "cara a cara". Sin duda, movernos con destreza en en el mágico mundo de los nicknames y avatares puede resultar algo muy complejo: el entorno virtual predisopne al desfile de disfraces, a la metáfora mágica, a la ficción deliberda...
Identidad Virtual II: trolls y otras malas yerbas
Como hemos observado, todo medio de comunicación (ya sea que se trate de un intercambio epistolar de papel, un relato cinematográfico o un programa de TV) influye casual o intencionalmente en la construcción de la identidad del emisor. Pero en el caso de la Web, interactividad mediante, se abre adicionalmente un espacio virtual en el que eventualmente puede tener lugar cierto juego de roles sin guión cuyas consecuencias a veces pueden trascender el plano de la experiencia virtual.
Y es en este marco en donde irrumpen ciertos patrones de comportamiento propios de los entornos. en línea. Ha surgido así la necesidad de rotular a los "inadaptados sociales de la web" con el curioso nombre de "trolls" o "duendes". ¿Quién no ha topado alguna vez con estas personalidades escurridizas que según nuestro estado de ánimo pueden divertirnos o enfurecernos?
En internet, suele llamarse "troll" o "duende" a una persona que se divierte provocando. Lo hace emascarado detrás de un nick o avatar anónimo. Su objetivo suele ser el de causar controversia, hostigar a usuarios novatos, irascibles o extremadamente dependientes del intercambio. Generalmente la estrategia se centra en desviar el hilo de discusión o más maliciosamente, crear el clima necesario para una "flamewar".
Flamewars
Un "flame" es un mensaje deliberadamente hóstil que busca agraviar sin atenuantes. Así, "flaming" o "flamear" es el término que se utiliza para clasificar el uso y abuso de este tipo de intervenciones disfuncionales en un contexto virtual. Cuando varios participantes en un espacio de intercambio comienzan a discutir sin respetar ningún código de cortesía, es decir, arrojan "flames" a diestra y siniestra, suele desatarse lo que se conoce como "flamewar" (guerra de flames), un término muy habitual dentro de las comunidades en línea, especialmente cuando no están moderadas.
Estas guerras verbales, muchas veces tiene su origen en un mal entendido. Los malos entendidos en los intercambios en línea, suelen atribuirse, entre otras cosas a:
- La ausencia de códigos gestuales o de tonos de voz, lo que dificulta la comprensión de matices
- La diversidad lingüística en donde con frecuencia una comunidad lingüística es mayoría sobre otra y abusa de giros localistas
- Los exabruptos que promuebe el anonimato
- La subestimación del impacto emocional de los intercambios virtuales por parte de algunos usuarios
- Las diferencias entre novatos y expertos dentro una comunidad en línea
Como señala Nicholas Epley, de la Universidad de Chicago, "la gente a menudo cree que el tono de sus mensajes es obvio porque uno 'escucha' internamente el tono al escribir". Sin duda, esta ilusión que le concede a la comunicación escrita más de lo que en sí misma puede lograr, es la causa de no pocas malas interpretaciones y conflictos entre usuarios de la web.
Pero las "flamewars", no siempre son originadas en casuales malos entendidos. Con frecuencia, el "malentendido" involucra a una sola de las partes y tiene un claro responsable: un malvado "troll". Veamos un ejemplo típico que retrata el comportamiento de un malicioso duende virtual: a mayor experiencia dentro de una comunidad, es más fácil comprender el tono del interlocutor ya que con más precisión y rápidez es posible reconocer los códigos en juego. Debe agregarse que esta experiencia es especialmente relevante en un entorno virtual en el cual la identidad exige un proceso de construcción más sofisticado. Así pues, el "troll", un individuo generalmente habituado al intercambio en línea, suele abusar de este del contraste entre expertos y novatos para su propio divertimento: las más de las veces, el "troll" conoce muy bien los códigos grupales (lo cual incluye el reconocimiento de la identidad virtual de los participantes) y utiliza toda esta experiencia para hostigar a los novatos. Otra variante, cuando el "trolll" conoce además la dinámica del grupo, es la intención de encolerizar a ciertos usuarios. Es más, estos usuarios irreverentes no pocas veces actuan en duplas o equipos, haciendo su accionar mucho más deliberado aún.
¿Pero por qué el "troll" se comporta como "troll"? ¿Catarsis, divertimento morboso, crueldad, desequilibrios varios, resentimiento? Probablemente un poco de todo esto, en cualquier caso, algo muy dificil de precisar y más dificil de comprobar aún. La alinenación existe y la maldad también. En cualquier caso, los usuarios involucrados intervienen en las discusiones descargando una imponente agresividad. Es un recorrido habitual de de estas guerras verbales, que se produzca un desenfoque del contenido de la discusión: la violencia no se instala sobre lo que se dice sino sobre quién lo dice.
Profilaxis anti troll
¿Cómo se defienden las comunidades en línea de este tipo de usuarios malintencionados? En general, los grupos virtuales medianamente integrados, rechazan la presencia de "trolls", a no ser que, paradógicamente, éstos acaben siendo funcionales al grupo. El "troll" generalmente tratará de llamar la atención utilizando variadas estrategias que más efectivas serán cuanto más conozcan la psicología de los participantes del entorno. La estrategia más adecuada para disuadir este tipo de intervenciones, es ignorarlas, de lo contrario se retrolimenta el divertimento del "duende" en tanto hay alguien que "cae" en en el juego perturbador. El concepto preventivo "no alimente al los trolls" difundido en muchos espacios en línea, guarda relación con esta estrategia disuasiva en la que el grupo busca la autorregulación.
La segunda de las estrategias posibles es recurrir a la moderación de comentarios. En los foros moderados, los "trolls" encuentran obvias dificultades para lograr su cometido. Pero cuando sus comentarios son eliminados, contratacarán elevando toda discusión a tópicos como la discriminación o la libertad de prensa, aún cuando sean ellos mismos los que incurran en expresiones discriminatorias o generen un efecto de autocensura inhibiendo a otros participantes. En esta línea, la alternativa más drástica es la de "banear" (3) al usuario molesto. Sin duda es una solución terminal, pero en ningún caso, definitiva.
Es difícil imaginar un espacio de discusión masiva en línea libre de "trolls". Quiza sí puedan crearse espacios en donde estas conductas sean desalentadas. Algunos foros combinan la posibilidad de sumar votos positivos o negativos para calificar las intervenciones de los otros miembros, así como también la posibilidad de reportar abusos. Otras estrategias se basan en la subdivisión temática de espacios de manera tal que sea más complejo identificar perfiles de usuarios vulnerables al "flame" y con ello, que el divertimento del "troll" resulte menos evidente.
Identidad Virtual III: magos, hadas y otras almas generosas
Necesito un programa para leer .pdf en linux. Entro en un foro, pregunto. Un anónimo usuario me responde: “bajate el okular del paquete de synaptics”. Quiero saber si puedo hacer la ruta 40 entre Caviahue y Malargüe con un auto que no es 4x4, alguien me responde que la ruta esta muy mala pero de ninguna manera instransitable. Por ahí alguien pidió consejo amoroso, la dejó el novio y está deprimida. Alguien le presta el oido (ojos) y la consuela. Todos los días alguien en la web pide ayuda y hay alguien que la da. No solo de duendes travisos vive la Web. Habrá "trolls" pero también "hadas", "magos" y otras almas generosoas dispuestas a solidarizarse anonimamente prestando la ayuda más valiosa en estos tiempos que corren: compartir conocimientos... pero también dar soporte emocional, un poco de alegría, complicidad y hasta por qué no, afecto.
Así como ciertas personas encuentran en el anonimato el respaldo necesario para una deshinibición que habilita comportamientos agresivos, en muchas otras ocasiones el mismo anonimato nos libera de las limitaciones desencadenadas por los prejuicios -tantas veces inevitables- que nacen del contacto "cara a cara" o de las exigencias formales que se deriban de las relaciones en el mundo físico. Los vínculos en ocasiones efímeros que plantea la web y la ausencia de una presencia física-real a la que tenerle algún temor, rechazo o desconfianza, también puede hacer nacer lo mejor de nosotros. Ayudar, colaborar sin esperar nada cambio más que la mera satisfacción de haber relalizado la "buena acción del día", aún con escaso compromiso a largo plazo, sería otra de las posibilidades que nos da este mundo mágico que es la web en el que sin duda todavía hay mucho por descubrir y por crear.
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Si bien los procesos de socialización en línea obedecen a la misma lógica que en el plano físico (afinidades, rivalidades, indiferencias, prejuicios), la construcción de la identidad virtual se produce a través de recursos diferentes. Por lo tanto, los vínculos suelen sustentarse en parámetros algo distintos a los que estamos más habituados. Simultaneamente, la identidad virtual, deja cierto espacio abierto para conductas en las cuales prevalece el contacto efímero, desdibujándose el compromiso a largo plazo: no son casuales las metáforas mágicas. Porque la Red, mágicamente, puede darnos la posibilidad de opinar y luego desaparecer, como si nunca hubiéramos estado allí. Esta circunstancia favorece comportamientos particulares, en donde los usuarios pueden utilizar a la Red como una oportunidad para el entretenimiento malicioso o como un espacio de ayuda ...y hasta de contención emocional. Como tantas otras cosas, la Red puede sacar lo mejor y lo peor de nosotros mismos.
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Si bien los procesos de socialización en línea obedecen a la misma lógica que en el plano físico (afinidades, rivalidades, indiferencias, prejuicios), la construcción de la identidad virtual se produce a través de recursos diferentes. Por lo tanto, los vínculos suelen sustentarse en parámetros algo distintos a los que estamos más habituados. Simultaneamente, la identidad virtual, deja cierto espacio abierto para conductas en las cuales prevalece el contacto efímero, desdibujándose el compromiso a largo plazo: no son casuales las metáforas mágicas. Porque la Red, mágicamente, puede darnos la posibilidad de opinar y luego desaparecer, como si nunca hubiéramos estado allí. Esta circunstancia favorece comportamientos particulares, en donde los usuarios pueden utilizar a la Red como una oportunidad para el entretenimiento malicioso o como un espacio de ayuda ...y hasta de contención emocional. Como tantas otras cosas, la Red puede sacar lo mejor y lo peor de nosotros mismos.
Notas
(1) Usenet es el acrónimo de Users Network (Red de usuarios), consistente en un sistema global de discusión en Internet, que evoluciona de las redes UUCP.
(2) Icono identificador del usuario en entornos virtuales. Su elección rara vez es casual. He abordado este tema en el siguiente post: Dime que avatar usas y te diré quien eres
(3) En la jerga informática, se llama "ban" a una restricción; ya sea total, parcial, temporal o permanente, de un usuario dentro de un sistema informático, generalmente una red. Al igual que muchos otros términos de la jerga informática, "ban" proviene del inglés y significa "prohibir".
(2) Icono identificador del usuario en entornos virtuales. Su elección rara vez es casual. He abordado este tema en el siguiente post: Dime que avatar usas y te diré quien eres
(3) En la jerga informática, se llama "ban" a una restricción; ya sea total, parcial, temporal o permanente, de un usuario dentro de un sistema informático, generalmente una red. Al igual que muchos otros términos de la jerga informática, "ban" proviene del inglés y significa "prohibir".
Fuentes
Leahy, Stephen, The Secret Cause of the Flame Wars
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